martes, 6 de octubre de 2009

A mi Abuela

Recuerdo como la calidéz de tu voz me hacía dormir en las noches, como tus manos acariciaban mi pelo, como tu aroma apaciguaba mis inquietudes, como aliviabas mi dolor con tan solo cantarme...
Recuerdo tus hisorias extraordinarias, que me hicieron soñar toda mi infancia.
Recuerdo que calmabas mis miedos con tan solo un beso y ahuyentabas a mis fantasmas con las sonrisas más dulces.
Recuerdo cuando no dormía si no estabas cerca, porque sólo tus abrazos llamaban a mi hada de los sueños.
Pero lo que más recuerdo, es el día que prometiste que jamás te irías de mi lado, y aunque el tiempo quiere llevarte por siempre, yo sé que jamás te irás.

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