miércoles, 7 de octubre de 2009

Todo un mundo de color al otro lado del espejo....


Recuerdo que los días en los que me sentía triste, miraba en el espejo, esperando el no sé qué que saciara mis lágrimas, esperaba que mi reflejo triste y salado, desapareciera por siempre y para siempre, pero por más que trataba de desplegar mis penas del alma, nunca desaparecían.
Un día, logré divisar el mundo de arcoiris, donde las canciones eran el escarnio del silencio prepotente, donde todos mis sueños jugaban a esconderse del mundo gris, de mi mundo gris.
Una brisa ensimismada me tomó de la mano y me llevó a aquél lugar, se familiarizaba con todo lo que siempre quice, mis risas alimentaban todo el otro lado del espejo, y yo, ya no quería volver al mundo sin color....


Hoy, desperté con las ganas insaciables de vivir lo diferente, de probar la alegre sensación que sentí aquel día en mi niñez.
Necesitaba ver los colores deslumbrantes, que sólo en mi enfancia destellaron con vehemencia.
Me senté frente al espejo, esperando que aquella brisa viniera y me tomara de la mano por segunda vez y para siempre...

0 comentarios:

Publicar un comentario